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Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón

Historia de la antigua orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón

Para hablar de los antiguos Caballeros del Temple habría que entender primero el conflicto que originó su nacimiento: las cruzadas. Tal movimiento duró de 1099 hasta 1257, año de la octava y última cruzada. Las cruzadas sucedieron por la toma de territorios bizantinos por parte de Turcos Selyúcidas, provenientes de tribus nómadas convertidas al Islam en la época de la dinastía Abásida. De la misma forma, el crecimiento económico debido a un cambio climático dado en 1350 que permitió la proliferación de los cultivos, lo que a su vez, aumentó los alcances económicos del continente. La rutas hacia el oriente, sin embargo, seguían en manos de los musulmanes, que cobraban altísimos impuestos. En respuesta a ambos eventos, las potencias europeas (principalmente Francia) se reunieron en Clermont, Francia, en 1095, en el concilio organizado por el papa Urbano II. En tal reunión, Urbano II convocó a los guerreros a luchar contra los herejes que ostentaban Tierra Santa y que asolaban a sus hermanos ortodoxos. Con el discurso de que la voluntad de Dios (Deus Vult) se encontraba en cada hombre, los cruzados emprendieron el camino de casi 4 años.

 

Realizada la primera cruzada, y tras el derramamiento ingente de sangre, los soldados cruzados se levantaron victoriosos al conquistar Jerusalén en 1099. Una vez obtenido el territorio, infinidad de peregrinaciones no se hicieron esperar, pues existían locaciones sagradas para los cristianos y de otras religiones (el templo de Salomón, el huerto de Getsemaní, el tribunal de Califas, el Monte Calvario, el sepulcro de Jesús, etc.). Sin embargo, ese camino de casi 4 años suponía infinidad de peligros y riesgos, así como un gran movimiento económico y cultural. En ese contexto nace la idea de una orden que salvaguarde los caminos de peregrinaje hacia tierra santa. Ello fue la causa que detonó que en el año 1118, los condes de Champagne,  Geoffroi de Saint-Omer y otros siete caballeros de centro de Europa (con la regla de San Aguntín y la protección de la orden del Cister) fundasen una Orden de carácter religioso-militar para velar por la seguridad en la ruta desde Jaffa o Haifa a Jerusalén, teniendo al Caballero Hugo de Payns como uno de los fundadores y primer Gran Maestre.

 

En 1129, después del concilio de Troyes, organizado por el Papa Honorio II, la Iglesia Romana reconoce oficialmente a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, eventualmente conocida como la orden de los Caballeros Templarios por tener sus cuarteles en una sección del Templo de Salomón.  Asimismo, en el mismo concilio, fue redactada la regla de la orden, manuscrito que diferenció el comportamiento de la orden frente a otras órdenes. Como tradición, los caballeros realizaban un juramento ante la tumba de Jesús. Este juramento incluía un voto de pobreza, uno de castidad y otro obediencia. Este juramento también contemplaba velar por los santos lugares, haciendo uso de las armas para proteger a los peregrinos.

 

 

En Europa, donde era bien visto combatir a los “infieles”, pronto llamaron la atención, de modo que recibieron de la Iglesia romana y reyes europeos tantas concesiones, que llegaron a ser la Orden de Caballería más rica y poderosa de cuantas hayan existido.

 

 

 

A partir de 1145, llevan una cruz paté roja sobre el hombro izquierdo que deriva de la cruz céltica. El blanco de la túnica representaba al pueblo y la pureza; el rojo a la nobleza, al clero y la pasión de Cristo por los hombres. La unión de ambos colores en el hábito representa la unión de todas las clases.

 

Existían cuatro categorías entre ellos: los artesanos, los comerciantes, los campesinos y los guerreros. Cada categoría estaba dividida en tres grados correspondientes a los niveles de evolución del hombre. De ellos se decía: “nadie es inferior entre ellos. Honran al mejor, no al más noble”, lo cual, para aquella época, era poco recurrente. Su espíritu de tolerancia y convivencia con otras órdenes y religiones era admirable; en sus estatutos se lee “llevad la guerra con justicia y caridad. Durante los tiempos de paz recordar que vuestro Dios es el mismo que el de los judíos y el de los sarracenos […] Si un judío o sarraceno os invita a su mesa, comed de cuanto nos ofrezca, y depreciad a los hipócritas que condenan la convivencia.”

 

 

Por una parte, con la pérdida de Tierra Santa en 1291, tras la última cruzada de 1257, Los Caballeros Templarios perdieron su función exterior de guardianes de la misma. Por otra parte, su influencia y posesiones en esos tiempos era tal que llegaron a sembrar la envidia de reyes y papas. La tensión del poder interno de la orden, así como la rapacidad del rey de Francia, Felipe IV (el Hermoso), quien les debía una fortuna y gozaba de influencia sobre el Papa, logra que en 1312, el Papa Clemente V disuelva la Orden y se le declare herética. A partir de ello, se decreta su persecución utilizando contra ellos todo tipo de acusaciones fundadas en sus ritos de iniciación, misterios y doctrinas seretas. Logran capturar a una mayoría, incluyendo al Gran Maestre Jacques de Molay, el Viernes 13 de Octubre de 1307. En 1314, tras 7 años de tortura buscando que se declararan culpables, los 54 caballeros capturados fueron ejecutados en la hoguera junto con Jacques de Molay, quien maldijo a Felipe IV y Clemente V, quienes estarían muertos un año después.

 

Se han supuesto muchas relaciones entre los templarios y otras organizaciones iniciáticas orientales. Pero de lo que se tiene prueba es de que entraron en contacto especialmente con los sufíes y la secta de los Hashisin. Se puede encontrar en sus enseñanzas relación con las de “El Viejo de la Montaña”.

Una rama templaria tenía como libro de inspiración mística el “libro del Viaje Nocturno” de sufí Ibn-Arabi. También muchos símbolos que se conocen propios de los templarios tienen semejanza con los de la masonería: escuadra, compás, esfera celeste, pentagrama, la diosa Cibeles sosteniendo el Sol y la Luna creciente, la calavera, los tres grados (novicio, caballero, profeso / aprendiz, compañero, maestro), etc.

 

Sobre la relación entre la Orden del  Temple y la masonería, mucho se ha especulado si importar mucho lo confuso que se muestran los pocos documentos que han existido, La teoría más aceptada es que los caballeros ingleses procedieron a formar parte de las logias masónicas que los acogieron y protegieron. Los pertenecientes a Castilla, Aragón y Portugal fundaron la Orden de los Caballeros del Cristo bajo la protección del rey de Portugal, Denys I. Los caballeros Teutónicos fueron quienes absorbieron más templarios, con quienes crearon la Orden (masónica) de la Estricta Observancia Templaria, la cual, a su vez, se convirtió a finales del siglo XVIII en el Régimen Escocés Rectificado.

 

 

Por otra parte, contemporánea a la historia de los templarios, el inmenso desarrollo de los trabajos de construcción (hospitales, puentes, caminos, fortalezas, etc.) obligó a las cofradías de constructores a extenderse por tierras de peregrinación y admitir artistas de todos los países. Muchos de esos artistas pertenecientes a otras órdenes monásticas y militares. Testimonio de ello son los muchos edificios y monumentos del camino de Santiago.

 

En la masonería, con la euforia de los altos grados durante el siglo XVIII, se compusieron muchos cuerpos de integrantes con la tradición de los templarios. Entre ellas la Orden de la Estricta Observancia y la Orden de los Jesuitas. Estas incorporaron muchos elementos de referencia templaria en los ritos.

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AJEF

Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad

Historia y semblanza

En el contexto cubano de la primera mitad del siglo XX, los bandos conservadores de la República que apoyaban el imperialismo neocolonial Estadounidense estaban enfrentados con los liberales que buscaban una Cuba independiente. La guerra que comenzó desde 1906 y se postergó hasta el inicio de la Revolución Cubana fue el escenario para muchos miembros de la fraternidad masónica, quienes, por sus ideales, luchaban en el bando liberal antiimperialista.

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El conflicto doméstico en contra del presidente conservador Machado, sin embargo, causó bajas entre las filas que luchaban por la libertad, la igualdad y la fraternidad. Las suficientes para poner en riesgo la fraternidad masónica en la isla. Es por ello que el hermano Fernando Suárez Núñez (1887-1946) fundó el 3 de febrero de 1936 la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF) por medio de la primera logia: Esperanza No. 1, la cual fue conformada por 82 jóvenes. La asociación tiene el objetivo de procurar la fraternidad universal por medio de la preparación integral de los jóvenes para el siguiente paso: la masonería. Para el año 1938, la Asociación ya contaba con más de 5,000 miembros activos.

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Rápidamente, el Ajefismo fue creciendo, por lo que llegó a México en 1939, gracias a la influencia del reconocido beisbolista cubano iniciado en la AJEF Martín Dihigo, quien jugó para los Rojos del Águila de Veracruz de 1937 a 1950. En su estadía en México, Dihigo, por medio de su influencia como figura deportiva, esparció la idea del establecimiento de logias AJEF entre los masones. De esta forma, nace en 1939 en Veracruz la primera logia AJEF mexicana: Benito Juárez No. 1. Poco después, la práctica se extendió a la capital, con la fundación de la logia Fernando Suárez Núñez No. 1. En Agosto de 1939.

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El Ajefismo no es masonería, sino sencillamente un sistema práctico de educación moral; una preparatoria para la vida de hondo sentido humano. La misma habrá de dar una visión humana, humanitaria y humanista del mundo y de la existencia para el mejor desenvolvimiento de la juventud. Tal visión logrará hacer llegar a los jóvenes de una forma capacitada para el ingreso a la Institución masónica si voluntariamente fuera deseado.

Masonería

Origen e historia

Una institución de tanta tradición como la masonería, en la que se profesa la libertad de culto, de ideas y la propuesta al mejoramiento personal del hombre, naturalmente, sería vista como una amenaza para algunas instituciones. Por ello es que dentro de la cultura popular está generalizada la idea de que los masones son un colectivo con fines demoniacos, ocultistas, maléficos o de manipulación a grandes escalas.

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Más lejanas a la realidad no podrían estar estas concepciones, pues la masonería predica ideas muy distintas a las que usualmente se piensa de ella. Los masones, por el contrario, buscan el perfeccionamiento del ser humano, así como la creación de un mundo mejor por medio del trabajo, la dedicación, la libertad de expresión, de culto y de ideales.

 

Los masones, al provenir del vocablo francés maçon, que se refiere a un constructor de gran habilidad. Estos mismos creaban catedrales, iglesias y demás edificaciones en las épocas de la edad media y posteriores. Los constructores comenzaban a reunirse en sus gremios a conversar y discutir diversas situaciones referentes al estado del mundo, de esta forma nació la masonería operativa, la cual tiene no tiene una fecha de origen exacto.

 

Algunos masones emancipados de los gremios centrales, los cuales prestaban sus servicios de forma independiente y que reivindicaban la autoridad de sus gremios de origen creando agrupaciones en otras ciudades y de estatus temporal recibieron el término de francmasón. Eventualmente, estos gremios fueron creciendo y estableciendo prácticas más específicas, creando ritos y otras tradiciones y especificaciones para sus sesiones. En el momento en el que la masonería dejó de construir edificios para construir ideales, nació la masonería especulativa.

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La masonería moderna o especulativa nace con la unión de dos de las logias más grandes de Inglaterra en 1813: la Gran Logia de Londres y Westminster y la Gran Logia de Masones Libres y Aceptados de Inglaterra. Este movimiento dio origen a la Gran Logia Unida de Inglaterra, aunque la obediencia de las logias jurisdiccionadas a la misma sigue perteneciendo a la Gran Logia de Londres y Westminster. Desde ese momento en adelante, la masonería siguió creciendo y extendiéndose a todo el mundo.

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No obstante, esta es la versión más aceptada y realista del origen de la masonería. Existen muchas otras de su origen: desde las un tanto ficticias que aseveran que el fundador fue el mismo Moisés o Adán, hasta las versiones un poco más creíbles que sostienen que los masones originales eran egipcios y ellos mismos construyeron la necrópolis de Guiza.

 

Actualmente la masonería tiene presencia en la mayor parte de los países del mundo. Y si bien sigue teniendo la connotación negativa, es importante resaltar que la única forma de conocer verdaderamente lo que busca es perteneciendo a ella. Como anteriormente fue mencionado, la masonería depende de ideales y de concepciones del mundo, por lo que cada logia cuenta con su propia personalidad, su forma de interpretar las cosas y de actuar, siempre apegándose a los principios de la masonería.

Q'.' H'.' Secretario: 55-71-77-39-03

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